martes, 26 de mayo de 2009
ENTREVISTA CON OFELIA URIBE DE ACOSTA
Por Anabel Torres
UNA VOZ INSURGENTE
Cumplió 86 años el 22 de diciembre de 1986. Ofelia Uribe de Acosta nació con el siglo y lo ha vivido todo, como pocas personas. Cuando sufre de insomnio lee o escucha uno de los programas radiales de conversación. Y si desea intervenir llama a la emisora. Nacida en Oiba, Santander del sur, “donde todo era prohibido para las mujeres”. Ofelia no permitió que dichas limitaciones la incluyeran. Hoy, hablar con ella es mucho más que hablar con la sombra de los que fuera, como diría cualquier nostálgica canción española. Ofelia exuda vitalidad. Su entusiasmo por la política, así solo limitara en ella hasta mediados de los años sesenta, es inagotable.
A.T.: En Colombia circula la versión, y pocos hacen algo por contradecirla, de que la concesión de los derechos ciudadanos a la mujer no fue precedida de lucha alguna por parte de las interesadas. Es más, cualquier persona que se tome la molestia de documentarse, así no emprenda una investigación exhaustiva, sabe que esto no es cierto. ¿Cuándo empezó la lucha de la mujer por sus derechos en Colombia, y cuando te uniste por primera vez a ella?
O.U.: Curiosamente, Colombia fue el primer país del mundo en otorgarle el voto a la mujer. Ocurrió en Vélez, Santander, en el año de 1853 cuando este se declaro Estado Soberano. Pero la legislación paso desapercibida por las mismas mujeres y murió por inercia en 1980.
Fueron muchas las mujeres que participaron en la lucha por la independencia, aunque solo se destaquen algunos de sus nombres: los de Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrán, Antonia Santos. El libro del señor Canónigo Cayo Leonidas Peñuela, por ejemplo, contiene una lista de mujeres comprometidas con la revolución; el incluye los nombres de 36 que fueron ejecutadas. Y recordemos que aquella lucha por la Independencia fue una batalla por conquistar los derechos civiles.
En este siglo la revolución feminista puede situarse a comienzos de los años 30, con Georgina Fletcher, colombiana de ascendencia inglesa, a la cabeza. Ella logro, acudiendo a la embajada de todos los países y a nuestro propio gobierno, que a Colombia le fuera adjudicada la sede del Congreso Internacional femenino de 1930. Fui delegada del gobernador Celso Rodríguez a dicho evento y presente en él una ponencia sobre los derechos civiles de la mujer.
A.T.: Muchas personas ignorarán que este congreso tuviera lugar en nuestro país y si tuvo o no repercusiones. Tú sitúas el comienzo de un verdadero movimiento feminista a raíz de dicho evento. Cuéntanos en detalle cómo fue.
O.U.: Gobernaba entonces el presidente Olaya Herrera. Al congreso fueron enviadas delegaciones de todos los departamentos de Colombia, además de las delegaciones extranjeras. Aquí hay una anécdota para darte una idea de lo insólito que resultaba para la gente que las mujeres se reunieran en torno a temas nunca antes tratado en público. Yo no sé qué fue lo que la imaginación morbosa de muchos les hizo creer que ocurriría. El Congreso se celebró en el Teatro Colón y la noche en que estaba anunciada mi ponencia, se llenaron las instalaciones. Asistió hasta el parlamento en pleno. Una multitud que se había quedado sin poder entrar por falta de cupo, las puertas del teatro e invadió el recinto. Fue una noche muy especial. Hable del manejo de los bienes propios y de la independencia económica de la mujer.
Cursaba entonces en el Congreso de la República el estudio de la reforma Olaya herrera, sobre el “Régimen de las capitulaciones matrimoniales”, solicitado a Olaya por algunas mujeres que estábamos emparentadas con él.
A.T.: ¿Qué consideras fue lo más importante de ese Congreso Femenino?
O.U.: la consolidación, por primera vez en nuestro país, de un poder femenino. La lucha por el proyecto de ley sobre “Régimen de las capitulaciones matrimoniales” fue encabezada por Clotilde García de Ucrós. Ella irrumpía con su grupo las sesiones del Senado y la Cámara para hacer presión. Yo por ese entonces vivía en Santander y viajé varias veces a Bogotá para asistir a las deliberaciones. El proyecto paso a pesar de toda la oposición. Y en 1932 la Ley 28 otorgó a la mujer derecho sobre sus propios bienes, que hasta ese momento estaban a disposición de su marido. Quiero que cites un aparte de mi libro, Una Voz Insurgente, para que veas cómo fue la oposición de sus enemigos:
“Si mal no recuerdo, una tarde en la Cámara el representante Muñoz Obando dijo, dirigiéndose a nosotras, que ya habíamos perdido la paciencia y nos atrevíamos a vociferar desde las barras, lo siguiente:- A las mujeres les va a pasar con este proyecto lo mismo que al célebre cura de la aldea que predicaba en un viernes santo levantando en su diestra un Cristo de cristal; hablaba el santo padre de las torturas y martirios del Redentor, y en un momento de arrebatada elocuencia abrió la mano lanzando al Cristo, que fue a estrellarse contra los ladrillos del templo causando gran conmoción en los sencillos campesinos, que una vieja le gritó deshecha en llanto: “Pero peor lo ha dejado su paternidad”. Lo mismo que al cura de mi cuento, dijo el orador, las mujeres colombianas están empeñadas en quebrar el cristal que las ampara y defiende; no saben que si este proyecto llegara a ser ley, quedarían a merced de todos los negociantes inescrupulosos, que se apoderarían de su fortuna que es el patrimonio de sus hijos. ¿Qué podrían hacer sin el esposo, gerente de la sociedad conyugal, que es la inteligencia y el brazo fuerte sobre el cual descansa el patrimonio familiar?
-“No queremos tutores…” – le gritábamos desde las barras. “Pero los tendrán con su voluntad o sin ella…” prosiguió el orador enfurecido”.
A.T.: ¿Qué siguió a la victoria de la ley 28 de 1932?
O.U.: La segunda etapa de la lucha feminista en Colombia fue por el derecho a la cultura. En 1933, también bajo Olaya Herrera, se expido el decreto 1972, abriendo las puertas de la universidad a la mujer. Clotilde García de Ucrós y yo logramos el decreto interviniendo directamente ante el presidente. Siempre se ha dicho que bajo Olaya Herrera se realizo la liberación de los últimos esclavos colombianos: las mujeres.
En 1936, bajo el gobierno de Alfonso López Pumarejo, una reforma constitucional dictamino que la mujer colombiana, aunque seguía impedida para ejercer el sufragio, podía desempeñar empleos que llevaran anexa autoridad o jurisdicción, siempre y cuando llenara las condiciones. La elección de Rosita Rojas para uno de los juzgados de la capital produjo conmoción y al estado le entablaron demanda.
A.T.: Tenias ya bastante conocimiento empírico en derecho. ¿No quisiste ingresar a la universidad para obtener tu grado aprovechando el decreto 1972?
O.U.: Yo comprendía muy bien que sin la agitación necesaria, los decretos pasados a favorecer a la mujer fácilmente podían convertirse en letra muerta, si no eran aprovechados al máximo. La oposición seguía siendo virulenta en muchos sectores, incluso entre muchas de las mismas mujeres. Tenían además la obsesión de la igualdad política: sin el voto, a pesar de las otras conquistas, seguíamos siendo ciudadanas de segunda clase. Recorrí entonces el país dictado conferencia, donde me fuera permitido hablar; a veces por las emisoras radiales y otras veces vetada poco antes de salir al aire.
En 1937, Guillermo y yo nos fuimos a vivir a Tunja. Allí con el apoyo de Pompilio Sánchez y su esposa, Anita castro de Sánchez, contrate un espacio en Radio Boyacá.
No puede negarse que Tunja sufrió una violenta sacudida debido a esta iniciativa. Empecé a trasmitir la hora feminista, un espacio de una hora varias veces por semana. La división se agudizo entre las mismas mujeres. Algunas horrorizadas, trataron de contrarrestar mi programa con una hora radial llamada la hora azul, dirigida por Elisa Flórez de Peñuela y Eugenia Camacho de Rodríguez. Estaba dedicada a ensalzar las más modosas virtudes femeninas y a atacar la posición nuestra. Otros opositores fueron más lejos e hicieron prohibir la trasmisión. Pero Pompilio entonces me permitió gerenciar un espacio del cual era titular y así fuera bajo otro nombre, a la larga yo seguía diciendo lo mismo. A pesar de las protestas – o precisamente por ellas, no sé, siempre hemos sido un pueblo dado al sensacionalismo y al aterre - , la emisión era todo un éxito. El ejemplar de Tunja se regó por todo el país. Rosa María Moreno Aguilera e Ilda Carriazo fundaron en Bogotá la Unión Femenina de Colombia.
A.T.: Además de tu lucha por el voto, la labor que desarrollaste por el periodismo colombiano puede tener tanto o más significado histórico. El periodismo independiente ha sido siempre en nuestro país un territorio difícilmente conquistado y sostenido, un triunfo contra toda clase de desigualdades y tribulaciones. Y sin embargo, tu, sin ser una millonaria ni estar en el curubito del poder, fundaste, editaste dirigiste y distribuiste, una revista, “Agitación Femenina”, que apareció mensualmente durante más de dos años, y un periódico durante la dictadura de Rojas. ¿Cómo es la Historia de Agitación Femenina? Comenzando por el nombre mismo, muy pocas revistas de opinión en Colombia han ido tan al grano al emprender una lucha impresa. Hoy muchas se cuidarían de usar la palabra agitación, y supongo que hace 40 años era todavía más escandalosa.
O.U.: A raíz de la aparición de la mujer en público, por así decirlo, desde 1930, y de la actividad permanente de un número de ellas, sentí que el momento era propicio para sacar una publicación de esa índole. Noticias de la emisión radial llegaron hasta la capital. Lucila Rubio de Laverde, bogotana, acababa de encabezar un memorial dirigido al gobierno reclamando el derecho al sufragio y este fue respaldado por la firma de otras mujeres. La Unión Femenina también adhirió y desde Tunja logramos reunir más de 500 firmas en una carta enviada al presidente López Pumarejo. Esta ebullición, redoblo los ataques de la gran prensa. Al principio los hombres les había parecido “una gracia” nuestra batalla, nos decían “traviesas muñecas de salón”, en actitud paternalista y displicente. Ahora comenzaban a sentirse francamente amenazados por el ímpetu que iba cogiendo nuestro movimiento. Calibán, desde su columna “Danza de las Horas” en el periódico El Tiempo no dejaba de atacarnos. Yo había logrado reunir un buen equipo de trabajo a partir de la emisión radial, y con ese equipo funde Agitación Femenina. En Octubre de 1944, apareció el primer número. Era importantísimo tener una publicación periódica, porque no teníamos voz ninguna, ni manera de expresar y dejar constancia de nuestras ideas, y, sobre todo, forma de expresar proyectos. Conseguimos congresistas que presentaron proyectos a favor del voto, pero no teníamos respaldo; necesitábamos un órgano de expresión, una tribuna.
A.T.: Mencionas la oposición que se produjo al movimiento feminista, sobre todo cuando este se consolido y no contento con las demás aperturas, comenzó a reclamar cada vez con más insistencia la participación democrática en el proceso electoral. ¿Qué canales utilizo esta oposición, y por quienes estaba integrada?
O.U.: Bueno. Nosotras tuvimos que lidiar con la oposición de ambos partidos. El Conservatismo era un parido cerrado, como su nombre lo indica: conservar la tradición, conservar el orden vigente, así no fuera el ideal, conservar todo. El Liberalismo tendía más hacia una concepción socialista y socializante del Estado. Era el abanderado que propulsaba los grandes cambios sociales. Menos el del voto femenino. De ese si fue enemigo acérrimo.
Cada partido tenía un argumento que oponer al voto de la mujer. Los liberales aseguraban que si la mujer llegaba a tener el ejercicio del voto, triunfaría la reacción, porque las mujeres éramos esclavas del confesionario. Y los conservadores juraban que si la mujer obtenía el voto, triunfaría el comunismo, porque se sabe que las mujeres somos extremistas. ¡No querían ver a sus hermanas agarradas de los pelos en elecciones!
Recibimos apoyo político de algunos limitados sectores del Partido Liberal de avanzada y del partido comunista. Pero la oposición, inclusive de muy ilustres intelectuales y estadistas fue frenética. Ahora, sigue existiendo esta desobligancia frente las capacidades de la mujer, pero se da en una forma distinta, soterrada, pues atacar a la mujer directamente ya no está bien visto. Personajes tan prestigiosos como Gerardo Molina y Alberto Lleras Camargo; Antonio Rocha y Germán Arciniegas, ambos cuando ocuparon el Ministerio de Educación, combatían, con o sin inteligencia, no importaba mucho los derechos ya adquiridos y ridiculizaban el voto. Germán Arciniegas llego a proponer la creación de universidades femeninas con “cursitos” cortos de enfermería, trabajo social, decoración y nutrición y pidió que la mujer fuera desterrada de carreras como la medicina y el derecho. Apoyaba así sus argumentos: “Los estudiantes no pueden atender dos frentes, el estudiantil y el femenino”. Y, “Las mecanógrafas de Colombia no saben ortografía ni redacción y se impone la necesidad de crear una universidad para prepararlas en tal elementales conocimientos”. Nosotras atacábamos con vehemencia esta posición de maestro Arciniegas desde la revista; 15 años después de adquirido el ingreso a la universidad par la mujer, hubiera sido cavernario que él desde el ministerio pudiera imponer sus ideas tan particulares.
Pero la lucha no fue siempre contra la corriente. No fue una guerra de sexos, y quiero que esto quede muy claro. A pesar de los ataques de los políticos y periodistas de turno – hasta Chapete, el Osuna de entonces, nos hacia caricaturas – el movimiento fue apoyado por hombres tan valiosos como Luis López de Mesa, Jorge Soto de Corral, Augusto Duran y Jorge Eliécer Gaitán. “El Liberal” dio ejemplo de imparcialidad y libertad de prensa, bajo Alberto Galindo, lo mismo que “El Radical” cuyo director era Julio Roberto Salazar Ferro...
jueves, 21 de mayo de 2009
Sintrófisa, síntrofe...Compañera, compañero... Compañerao...
Buenas noches.
Déksu ton sevasmó mas ke ton zavmasmó mas giaftó pu skéftese ke kánis. Apó makriá mazménume apó séna. Efjaristúme.
(Espero no haber dicho una grosería, lo que quise decir fue: “Compañera, compañero, Grecia rebelde. Nosotros, los más pequeños, desde este rincón del mundo te saludamos. Recibe nuestro respeto y admiración por lo que piensas y haces. Desde lejos aprendemos de ti. Gracias”.)
De las violencias y otras cosas
Desde hace mucho tiempo, el problema de los calendarios y las geografías han desvelado y develado al Poder. En unos y en otras ha visto (y verá) cómo su flamante engranaje de dominación se atasca y descompone. Por eso es que trata de poner mucho cuidado en el manejo de las geografías y los calendarios.
En las geografías puede parecer más claro: en su torpe truco, que este Festival ha develado, Grecia queda muy lejos de Chiapas. Y en las escuelas se enseña que México queda separado por un océano de Francia, el País Vasco, el Estado Español, Italia. Y si vemos un mapa, podemos notar que Nueva York queda muy al norte de la Chiapas indígena mexicana. Algo que fue refutado hace unas horas por las compañeras y compañeros del Movimiento Justicia para el Barrio. Y la Argentina queda muy al sur de esta tierra, algo desafiado por el compañero de Solano que acaba de hablar.
Pero ni arriba ni abajo hay esa separación. La brutal globalización neoliberal, la IV Guerra Mundial que le decimos los zapatistas, puso a los lugares más distantes en simultaneidad espacial y temporal para el flujo de riquezas… y para su apropiación.
Ya no más los cuentos fantasiosos sobre los supuestamente heroicos descubridores-conquistadores, que vencían con espada y cruz la debilidad de quienes eran “civilizados”. En lugar de las 3 carabelas, una computadora de alta velocidad. En lugar de un Hernán Cortés, un títere simultáneo hecho gobierno en cada rincón del planeta. En lugar de espadas y cruces, una maquinaria de destrucción masiva y una cultura que tiene en común con el “fast food” no sólo su omnipresencia (Mc Donalds, como dios, está en todas partes), también su difícil digestión y su nulo poder nutritivo.
Con la globalización el mundo entero de arriba se nos puso a la mano… mejor dicho, a la mirada y a la conciencia. Las bombas que asesinan civiles palestinos son también una advertencia que hay que aprender y asimilar. Y el zapatazo a Bush en Irak puede ser reproducido en casi cualquier rincón del planeta.
Y mientras la mala puntería en Irak provoca aplausos, la insurrección en Grecia provoca preocupaciones: “Hay el peligro”, alertan y exorcizan, “de que la rebelión en Grecia se extienda al resto de Europa”.
Y frente a esto, allá arriba todos sacan sus diccionarios y encuentran la palabra “violencia” y la contraponen a “institucionalidad”. Y sin darle contexto, es decir, posición de clase, acusan, juzgan y condenan.
En México, en la geografía marcada por la ciudad del mismo nombre, un gobierno de izquierda institucional asesinó a un grupo de jóvenes, adolescentes en su mayoría. Un sector de la intelectualidad progresista guardó un silencio cómplice argumentando que eso era para distraer la atención del público, supuestamente puesta en el carnaval en que se convirtió la supuesta defensa del petróleo. La agresión sexual posterior a las mujeres jóvenes en los separos de la policía se perdió entre el sonido de los bombos y platillos anunciando una consulta que después fue un fracaso. Y, en cambio, no se condenó la violencia de la policía, que, contra lo que se dijo, no actuó desordenadamente. Esa policía ha sido preparada desde hace años para reprimir, hostigar y abusar de jóvenes, de vendedores ambulantes, de trabajador@s sexuales, de colonos y de todo aquel que disienta del gobierno de las pistas de hielo, los mega espectáculos al estilo Fujimori y las recetas para hacer galletitas. Y no hay que olvidar que la doctrina que anima a esta policía fue importada a la Ciudad de México por el hoy presidente “legítimo” de México cuando era jefe de gobierno del DF.
La mancuerna gubernamental EU-Israel marca ahora en Gaza la pauta a seguir: es más efectivo matarlos cuando son niños.
Pero en nuestro dolorido México quienes se llevan el primer lugar en usos y abusos de manosear el término “violencia” son Felipe Calderón Hinojosa y medios de comunicación que lo acompañan (cada vez menos, por cierto). El señor Calderón, aficionado a los juegos de computadora de estrategia en tiempo real (su juego favorito, lo declaró alguna vez, es “Age of Empires”, —la época de los imperios—), decidió que, en lugar de pan y circo, al pueblo había que darle sangre. Como el circo ya lo dan los políticos profesionales y el pan está muy caro, Calderón decidió, apoyado en un bando de narcotraficantes, hacerle la guerra al otro bando. Violando la Constitución, sacó al ejército a cumplir labores de policía, ministerio público, juzgado, carcelero y ejecutor. Que esa guerra la está perdiendo lo sabe cualquiera que no sea de su gabinete —y que la muerte de su pareja sentimental fue un asesinato, también se sabe aunque no se publique—.
Y en su guerra, las fuerzas del gobierno de Calderón tienen en su haber el asesinato de no pocas personas que nada debían, de niños y de no natos.
Pero se dijo, y todavía lo repiten locutores y editorialistas, que se iba a usar la fuerza del Estado para combatir a la violencia del crimen organizado.
Aunque tal vez todo se trate de una inteligente estratagema de Calderón y su objetivo sea distraer la atención de la gente. Ocupado como está el público con el sangriento fracaso de la guerra contra el narcotráfico, puede que no se dé cuenta del fracaso calderonista en política económica.
Hay una trasmutación tramposa, una falsa tautología: dicen condenar la violencia pero en realidad condenan la acción.
Para ellos, los de arriba, la inconformidad es un mal del calendario o, cuando también se desafía a éste, una patología cerebral que se cura, según algunos, con mucha concentración mental, poniéndose en armonía con el universo y así todos somos seres humanos… o ciudadanos.
Para estos violentos pacifistas todos son seres humanos: lo es la joven griega que levanta la mano con una molotov en ella y el policía que asesina a los Alexis que en el mundo han sido y serán; lo es el niño palestino que llora en el funeral de sus hermanitos muertos por las bombas israelíes y el piloto del avión de combate con la estrella de David en el fuselaje; lo es el señor George W. Bush y el indocumentado asesinado por la Border Patrol en Arizona, EU; lo es el multimillonario Carlos Slim y la mesera de un Sanborns que debe viajar 3 ó 4 horas para llegar al trabajo y salir de él, y si llega tarde la despiden; lo es el señor Calderón, quien se dice jefe del ejecutivo federal mexicano, y el campesino despojado de su tierra; lo es el señor López Obrador y los indígenas asesinados en Chiapas a quienes ni vio ni oyó; lo es el señor Peña Nieto, depredador del estado de México y el campesino Ignacio Del Valle, del FPDT, preso por defender a los pobres; en fin, lo son los hombres y mujeres que tienen la riqueza y el poder, y las mujeres y hombres que no tienen nada más que su digna rabia.
Según ellos, todos y todas deben ponerse en armonía para que sus diferencias y contradicciones se resuelvan y gritar la consigna: “el pueblo armado también es explotado”, refiriéndose a soldados y policías.
Nuestra posición como zapatistas es clara. No apoyamos el pacifismo que se enarbola para que sea otro el que ponga la otra mejilla, ni la violencia que se alienta cuando son otros quienes ponen los muertos.
Nosotros somos quienes somos, con todo lo bueno y todo lo malo que cargamos y que es nuestra responsabilidad.
Pero sería ingenuo pensar que todo lo bueno que hemos logrado, incluido el privilegio de escucharlos y aprender de ustedes, se hubiera conseguido sin la preparación de una década entera para que amaneciera el Primero de Enero como de por sí amaneció hace 15 años.
No fue con una marcha o un desplegado de los-abajo-firmantes que nos dimos a conocer. Fue con un ejército armado, con los combates contra las fuerzas federales, con la resistencia armada, que nos dimos a conocer al mundo.
Y nuestros compañeros y compañeras caídos, muertos y desaparecidos, lo han sido en una guerra violenta que no empezó hace 15 años, sino hace 500 años, hace 200 años, hace 100 años.
No estoy haciendo una apología de la violencia, estoy señalando un hecho constatable: en guerra nos conocieron, en guerra nos hemos mantenido estos 15 años, en guerra seguiremos hasta que este rincón del mundo llamado México haga suyo su propio destino, sin trampas, sin suplantaciones, sin simulaciones.
Es un gesto bello el enfrentar con flores los cañones de los fusiles, vaya hasta hay fotos eternizando el acto. Pero a veces es necesario hacer que esos fusiles cambien de objetivo y se dirijan hacia arriba.
martes, 19 de mayo de 2009
Boletín La Letra "R"
El viernes pasado en la ciudad de Bogotá, el colectivo Mech(a) Libertaria invito a estaos muchachaos a una interesante feria de publicaciones libertarias y populares, donde tuvimos la oportunidad de presentar el primer boletin "La letra R"... Nacido de nuestra Rabia y Rebeldia Feminista...
La Letra R…
Común denominador de las palabras que en una mezkla heterogénea, imperfecta pero nuestra, dan como resultado una descripción de nuestro sentir...sentir popular, feminista, inconforme...
la letra de Rabias, de risas, de Rebeldía, de Revuelta, de Rebelión, De Riot gRRRlz, de rudeza, de Razones, de Reticencia, de Resistencia, de R.A.P, de romanticismo, de RLPMK, de Rojinegro, de Ruptura con el orden establecido de Revolución…
De ReXiste…
ReXiste Riot Grrrl construye su identidad desde el amplio espacio que el feminismo autónomo le proporciona. Específicamente a través de una praxis libertaria (esto significa antiatoritaria, antisexista, anti-homofóbica, anti-patriarkal, desde abajo y para todaos) y el trabajo colectivo, atacamos la institucionalidad y le apostamos a la transformación discursiva, económica, social, política, cultural capaz de ser alternativa inclusora y constitutiva a partir del respeto a la diferencia, la crítica la auto- crítica y fundamentalmente del poder popular.
Como movimiento Riot Grrrl, ReXiste tiene un gran interés en trabajar en el campo de lo contracultural, en todas sus formas de expresión: música, arte, fotografía, dibujo, entre otras, accionar en los diferentes espacios que se presentan, en el concierto, en la charla, en el juego, en el taller, en el juego, en el encuentro, en el trabajo, en la universidad, en la escuela, en la casa, en la cama, en la plaza... en los espacios que se encuentren oportunos para construir desde los distintos ejes en que se mueve este feminismo autónomo: para todaos, desde nuestro contexto político, desde nuestros saberes raizales, desde nuestros corazones latinoamericanos, desde nuestra mirada internacionalista, desde nuestros corazones, desde un movimiento riot grrrl actual, vivo y real, donde construimos y re-pensamos para crear un ambiente propicio que nos recoja a todaos, un espacio en donde encontremos la diferencia y la diversidad, en total armonía.
La ética no es ética si es impuesta, si es corrupta; la ética es verdadera y defiende la libertad en tanto sea autóctona y autónoma. Es un límite y posibilidad que define nuestras formas de relación con el mundo, pero no es la ética de las instituciones y la historia. Estamos presentes en ella, somos su pasado y así mismo la conformaremos, y dentro de esa construcción se habilitara la destrucción de la historia que nos relata inferiores. El feminismo es una nueva imagen del mundo, justa y social.
Partimos de lo personal porque somos capaces, como cualquier otro ser humano de hacer la revolución, volver real la anhelada libertad que se cree utópica dentro de un espacio subversivo y colectivo. Subversivo porque es nuevo, porque queremos retomar las calles, la imaginación pública, crear un lenguaje que termine con la falsedad dialéctica del sistema, porque la creatividad y la recursividad de nuestras manos, sin importar el sexo, la raza o la opción sexual tiene el mismo valor. Sin embargo, este proceso no es un proceso individualista. Es un proceso que nos involucra a todaos en tanto todaos hagamos parte del mundo monstruoso en el que vivimos. Antes de ser obreraos, antes de ser mujeres u hombres, somos sujetaos sociales.
Los genitales no son motivo de discriminación, son diversidad de vida. Todaos tenemos voz y pretendemos defenderla y reivindicarla, es un grito por nuestra identidad, es un grito en la revolución social.
Laos invitamos ha que hagan parte de este evento que recoge trabajos colectivos e individuales en el campo de la reconstrucción de género, feminismo y propuestas antisexistas, Convocatoria abierta del Lady Fest 02 Btá-Col.
El lady Fest es un evento que reúne a mujeres y hombres en un evento multi-artístico con el fin de encontrarnos en un espacio donde reiteramos nuestro rechazo ha esa postura que día a día combativos y es la del sistema patriarcal, que recoge a todos los sistemas que como libertariaos hemos repudiado, el capitalismo, el racismo, el totalitarismo, el machismo… Nos reunimos allí a conspirar, a cocinar, a alimentar lo que andamos haciendo, proponiendo y debatiendo los temas que siempre están presentes en nuestra vida, temas de total importantes para el movimiento riot grrrl, para el feminismo y en general para toda la sociedad.
Danza; música; poesía; performance, Fotografía, debate, comida, graffiti, Stencil, djs, cuentos, piruetas, marionetas, Lo que se les ocurra!
Tema que reúne este 2do Ladyfest: “Mujer: espacios, acciones, construcciones y Saberes”.
C. ReXiste Riot Grrrl / rexiste@riotgrrrl.co.uk
"Un bocado complejo"
El marxismo según la insurgenta Erika
Después de varias lomas y subir una sierra por entre milpas y acahuales, llegué al cuartel de uno de nuestros batallones insurgentes. Me sentía “positivamente jodido” (expresión usada por quien era nuestro mando hace 24 años), pero satisfecho de haber completado la jornada, pese a un sol que más parecía de abril que de noviembre. Durante todo el trayecto, paisajes y situaciones remontaban mis pensamientos a aquellos primeros años del EZLN, a nuestros dolores de entonces, a nuestros sueños de siempre. Salvo las lluvias pasadas, el que llamamos “verano de noviembre” parecía querer alargar su estancia y desafiar el calendario… y la geografía. Porque el otro norte se había asomado por el sol alargando el día. Tal vez por eso es que venía yo recordando nuestro recorrido por esa parte de México en la Otra Campaña.
Recordé entonces el trabajoso ascenso por Nayarit, Sinaloa, el cruce del Mar de Cortés hacia Baja California Sur, el nuevo ascenso hasta Baja California, el bordear la frontera con el imperio de las barras y las estrellas, la entrada a Sonora. Sí, mi penoso batallar para llegar a lo alto de la sierra zapatista me había traído a la memoria un recuerdo doble, mezclado.
El lejano norte, el del Wixaritari, el del Yaqui, el del Mayo Yoreme, el del Tohono O’odham, el del Comca’c, el del Pima, el del Trique-Zapoteco-Mixteco (porque hay que ver lo extendido que es Oaxaca), el del Kumiai, el del Kiliwa, el del Cucapá, el del Rarámuri, el del Tepehuano, el del Caxcán, el del Pame, el del Kikapú, el de l@s trabajador@s de la maquila, el de los migrantes locales y foráneos, el de jóvenas y jóvenes, el de estudiantes y maestros, el de pequeños comerciantes, el de los campesinos sin tierra o en proceso de ser despojados de ella.
Las noticias de arriba hablan del norte de México, sí, pero de secuestros, levantones, asesinatos, enfrentamientos entre supuestos narcotraficantes y fuerzas federales, operativos policíacos y militares, destrucción del medio ambiente, corrupción gubernamental, abusos de autoridad.
Como si el norte de nuestro país no fuera más que una cueva de lobos hambrientos saciándose en la víctima propicia.
Como si no hubiera otra cosa.
Y es que el país entero se puede sintetizar en cada uno de los estados y regiones de México.
Arriba poco o nada ha cambiado. Si acaso el apellido de quien comanda la destrucción y la marca registrada de quien lo patrocina. Allá arriba se repiten métodos de explotación, despojo, represión y discriminación que son de hace 200 años, cuando la corona española clavaba sus mil colmillos sobre las tierras indias de lo que después sería México; como hace 100 años los poderes de la Europa y Estados Unidos lavaban en riquezas el sangriento cuerpo del porfirismo.
¿Y abajo? ¿Será lo mismo que hace 200 años, que hace 100 años?
En fin, volviendo a la loma, llegué, lo que a mi avanzada edad… perdón, quise decir, lo que a mi corta edad se puede catalogar como una hazaña.
Después de limpiar las armas y mal acomodarme en un rincón del cuartel, asistí a la celebración que con motivo del 25 cumpleaños del EZLN organizaba la tropa insurgente ahí reunida.
“La programa cultural”, como dicen los compañeros en su modo de desafiar las reglas de la lengua española, transcurría como de costumbre: canciones de ritmo desconcertante con una letra sin rima alguna, poesías corales e individuales, periódicos murales, etcétera.
De pronto llega su turno de una compañera recluta tzeltalera, con pocos días de haber llegado y que apenas está aprendiendo algo de español. La compañera entonces, dirigiéndose al auditorio, declaró sin empacho:
“Compañeros y compañeras, voy a tener mucho gusto en aventarles una bomba”.
El desbarajuste que provocó fue de antología (en realidad fue un desmadre, pero estoy cuidando mi vocabulario): los más nuevos corrieron a saber dónde, y los veteranos nos tendimos en el suelo y buscamos el poco abrigo que daban las bancas de troncos amarrados con bejuco.
La compañera no se inmutó, tal vez pensando que así es el modo de los insurgentes, y continuó:
“Ahí les va”, dijo, y todos enterramos la cabeza en el suelo y, en lugar de oír la explosión, escuchamos:
“Bomba, bomba, el Felipe Calderón tiene cara de calzón”.
Por supuesto que, como pudimos, nos pusimos de pie de nuevo y, mientras tratábamos de limpiarnos el lodo, le aplaudimos a rabiar.
Con harto café y galletas de animalitos (sin agraviar a los presentes) tratábamos de pasar el trago amargo cuando se sienta a mi lado la insurgenta Erika y me dice:
“Oí Sup, quiero que me vas a enseñar a hacer poesía. Porque acaso me salen las bombas, mucho me concentro pero no me sale la tonelada”.
A mí se me atragantó una jirafa en la garganta y no respondí rápido, así que la insurgenta Erika pensó que estaba dudando y abundó en argumentos:
“Anda Sup, si me enseñas entonces yo te cuento un cuento que leí”.
Los cuentos de los zapatistas son muy otros, como se darán cuenta cuando la Lupita y la Toñita les cuenten los que prepararon, así que yo seguí sin poder pasar la galleta con forma de jirafa. La insurgenta Erika pensó entonces que mi silencio era un “sí” y se arrancó con el cuento que a continuación reproduzco respetando en lo posible su modo de contarlo:
“Bueno pues, había pues una vez pues una niña. Tenía como 14 años esa niña pues, o sea que estaba entrada en 15 o sea que 16 años (la insurgenta Erika no lo dice, pero está poniéndole a la protagonista la misma edad que ella tenía cuando entró al EZLN y está usando el mismo truco de las cuentas del calendario que usó entonces para ser aceptada en nuestras filas). Bueno, pues esta niña estudiaba lo que es la filosofía con un su maestro que tenía y que no me acuerdo de dónde salió el maestro pero pues así va el cuento. Y luego pues la llamaron con su maestro para estudiar su filosofía y la niña dice que sí va y sale a buscar a su maestro que vive en una cabaña en su bosque. Pero la niña no le avisó a su mamá, o sea que como quien dice se fue sin orden del mando. Bueno, de ahí que la niña empezó a caminar pues y entonces pues entró en el bosque y encontró pues un anciano pues, un viejo con una computadora viendo nomás, y no pierde la vista pues el pinche viejo, y la niña lo saluda pues, y no le contesta el pinche viejo que sólo lo mira su computadora con su ojo. Bueno, de ahí que la niña lo saluda otra vez y otra vuelta que el pinche viejo nomás no le contesta. Bueno, pues de ahí que la niña se encabronó y le dice más fuerte a ese hombre, que sea que como que lo regaña.
Bueno, de ahí que le contestaron y la niña le pregunta qué hace el pinche viejo, pero no le dice pinche viejo sino que nomás le dice, lo de pinche viejo lo digo yo ya vas a ver luego por qué.
Bueno, de ahí que el pinche viejo no le dice luego qué está haciendo, sino que tarda. Bueno, de ahí que el pinche viejo no le dice qué es lo que está leyendo en su computadora, pero, bueno, por fin le dice: “No quiero perder ni un centavo y estoy contando”. “Ah, entonces eres como quien dice un hombre rico”, le dice la niña. “Sí”, dice el hombre. Así contestó el viejo. Bueno pues, “está bien”, dijo la niña y se despidió la niña, o sea que no le interesó lo que está haciendo el pinche viejo de estar contando sus dineros. Bueno pues, se fue la niña y dentro de unos metros encontró otra niña. La saludó y la otra una niña le ofreció una caja de cerillos. Bueno, de ahí que la niña le preguntó cuánto cuesta y la otra una niña le dijo que un peso. Bueno, de ahí que la niña buscó en su bolsillo para ver si tiene dinero y sí tiene. Bueno, de ahí que la otra una niña casi se pone a llorar de gusto y dice que tiene muchos años que no le compran. “No es justo, pero si aquí hay un hombre rico”, dijo la niña. Bueno, y de ahí le dijo que la va a llevar. Bueno, de ahí que llegan y encuentran al hombre rico y no lo contesta a las niñas el pinche viejo. Y ahí tardan hablándole, hasta que otra vez se encabrona la niña y lo regaña al pinche viejo y ya le hacen caso. Bueno, de ahí que la niña le explica al pinche viejo que la tiene que ayudar a la otra una niña que vende cerillos. Y el rico no lo contesta nada. Entonces la niña se encabrona y regaña otra vez al pinche viejo y ya el rico le contesta que no va a ayudar, que eso cuesta mucho dinero para mantener y ya dijo que no quiere perder ni un centavo. Bueno, de ahí que empiezan a discutirse de que lo tienen que ayudar a la otra una niña y el rico dice que no lo va a hacer. Y entonces la niña dice que no es justo la que haces, porque tú eres muy rico. “Sí”, dijo el pinche viejo, “pero yo trabajé con mis propias manos, empecé con poquito y ya después llegué en rico. Si quieren hacer así se hacen rico también ustedes”. Así dijo el pinche viejo. Bueno, de ahí que siguen en discutirse que la tiene que ayudar y es ahí donde estaban de peleando. Bueno pues, de ahí que entonces a la niña le toca hablar sobre de la justicia. Y el rico contesta que la justicia se hace entre manos, que no muy entendí qué quiere decir eso pero ha de ser una chingadera.
Bueno, de ahí que empiezan a discutirse otra vuelta que ya no se puede creer que no entiende el rico, y ya pues se encabrona de una vez la niña. Bueno, de ahí que la niña le dice al pinche viejo: “Si no lo vas a ayudar entonces te voy a quemar y te vas a morir junto con tu idea que no sirve”. Y le dicen que van a prender un cerillo, porque ya se habían unido en la lucha revolucionaria las dos niñas o sea que ya estaban en la organización. Bueno, de ahí que el rico lo ve que la situación está cabrón porque ya lo van a quemar y dice que sí va a ayudar y se brinca, pero ya lo están quemando la computadora y el pinche viejo se desaparece. Bueno, de ahí con trabajo lo apaga el fuego la niña y ya se va a donde su maestro y le cuenta y la tema que van a ver es el marxismo porque la niña se llamaba Karla Marx. Bueno, de ahí que empiezan a estudiar de cómo es la idea de la Marx sobre los ricos y los pobres. Y lo puso en tres escalones, algo de la superestructura de la sociedad, pero no me acuerdo bien, Pero yo digo que esa idea es buena pues porque ahí lo despierta a la gente cómo están explotados y cómo va creciendo el capitalismo y los trabajadores no ven nada de eso y sólo están trabajando y lo que le pagan apenas alcanza. Los despierta pues a los jodidos.
Y ahí pues los obreros y campesinos se dieron cuenta de lo que está pasando en este país. Pero yo creo que no basta con esa idea. Lo que sigue lo tenemos que hacer nosotras”.
La insurgenta Erika ha contado su cuento de corrido, casi sin pausa, como temiendo olvidar lo que había leído.
Mientras la escuchaba, a mí ya se me habían atragantado una vaquita, un elefante, un gato y un perro, todos de galleta.
La insurgenta Erika esperó pacientemente a que yo pasara el complejo bocado (el que formaban las galletas de animalitos y la hipótesis teórica, histórica y de género que había planteado).
Cuando pude recuperar el aliento le dije:
“Está bueno, pero yo tenía entendido que era hombre y se llamaba Carlos Marx”
La insurgenta Erika me respondió sin titubear: “Ah, pero ése es un cuento de los pinches hombres, en mi pensamiento llegó que fue una mujer”.
Se fue la insurgenta Erika a su turno en la posta que guarda al cuartel. Por supuesto que yo le prometí un libro que explicara cómo hacer poesías… o bombas yucatecas, ¿qué otra cosa podía hacer? Por cierto, si alguien sabe de un título, ahí me lo manda.
Tan-tan.
Sub. Insurgente Marcos.
México, 3 de enero del 2009.
lunes, 18 de mayo de 2009
♥ Mario Benedetti! ♥ prensente en nuestros ♥
domingo, 17 de mayo de 2009
20 RAZONES PARA SER FEMINISTA EN EL SIGLO XXI
Y por más de 1984 razones más...
miércoles, 13 de mayo de 2009
A pesar tuyo, el MST continúa en la lucha
martes, 12 de mayo de 2009
Apoyando Lanzamiento Mech(A) Libertaria
jueves, 7 de mayo de 2009
Hacia una pedagogía feminista*Géneros y educación popular
Colección Cuadernos de Educación Popular
Primera Parte!
Presentación:
“Hacia una pedagogía feminista” intenta ser un espacio de encuentro entre diversas experiencias, prácticas y búsquedas feministas que venimos desarrollando desde el Área de géneros y educación popular de Pañuelos en Rebeldía. La propuesta de este libro es aportar a la creación de una pedagogía que ayude a generar procesos de reflexión y nuevas prácticas, como momentos de interiorización-exteriorización no sólo de la experiencia inmediata y directa, sino también de procesos generales y particulares que atraviesan el aquí y ahora de las batallas contra la cultura patriarcal.
Como feministas y educadoras populares, nos proponemos
elaborar colectivamente herramientas y caminos que apunten a la construcción de relaciones sociales emancipatorias. Pensamos, imaginamos y proyectamos una emancipación integral,
múltiple, compleja, dialéctica, alegre, colorida, diversa, ruidosa,
desafiante, libertaria, ética, polifónica, insumisa, rebelde, personal,
colectiva, solidaria. Buscamos una emancipación que cuestione
y vaya quebrando las miradas, prácticas y representaciones
sociales dicotómicas, opresivas, haciendo caminos hacia la creación
de un feminismo socialista, latinoamericano; revolucionario
y revolucionado en sus propuestas y conceptos; claro y consistente
en sus definiciones y búsquedas; transparente en sus opciones éticas;
reconstructor de los procesos históricos; transformador
de lo personal/político; comprometido con todos los
sectores explotados, subordinados, silenciados, oprimidos,
deslegitimados. Un feminismo que simultáneamente ayude a abrir
caminos, que en la dimensión de la vida cotidiana ensaye nuevas
dinámicas relacionales que incluyan luchar, ya no sólo por
mejores condiciones de vida en el sentido económico; sino también
optar por relaciones sociales más equitativas, sin jerarquías,
sin discriminaciones, sin desigualdades.
Reafirmamos la búsqueda incesante de enlazar lo universal en
lo particular, lo personal en lo íntimo, vinculando, analizando y
problematizando la trayectoria histórica del patriarcado y del
capitalismo, y el juego de retroalimentación de ambos sistemas
de dominación: la conjugación del patriarcado con el capitalismo,
el eurocentrismo, y el racismo en nuestros pueblos latinoamericanos.
Desde el Área de géneros del equipo de educación popular
Pañuelos en Rebeldía, venimos trabajando y reflexionando desde
una perspectiva feminista, con diversas organizaciones populares,
sobre distintas problemáticas concernientes a las relaciones
de poder que se establecen desde el punto de vista histórico,
social, cultural y cotidiano. Intentamos cuestionar colectivamente
el papel que juega la cultura en la formación de una matriz
generadora de comportamientos, hábitos, lenguajes, valores,
relaciones sociales opresivas.
En el desarrollo de estas páginas se encontrarán artículos que intentan compartir algunos de los momentos vividos en el trabajo que realizamos en estos últimos años, a través de talleres,
encuentros y vivencias. Los diferentes escritos que realizamos, intentan reafirmar uno de los objetivos de la educación popular:
la relectura de la realidad, de nuestras prácticas, del saber popular
y de los contenidos de la cultura, haciendo posible una apropiación
crítica de los mismos.
Siguiendo los objetivos de la educación popular, también
rescatamos la dimensión dialógica. Compartimos aquí entrevistas
realizadas a compañeras que tienen una trayectoria histórica
en el feminismo y en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria.
Para enriquecer nuestros análisis y búsquedas hemos integrado
reflexiones de diversas compañeras que contienen temas generadores,
otro contenido fundamental para la educación popular que tiende a
provocar un proceso de reflexión. Algunos de estos aportes,
fueron realizados en el marco de talleres de géneros y educación
popular, en los que las compañeras que aquí escriben participaron
de manera solidaria. Agradecemos a quienes han compartido sus
reflexiones y recorridos aportando algunos de los contenidos
presentes en este libro, que nos ayudan a complejizar nuestras
realidades, vivencias, afectos e ideales.
de mujeres, con compañeras feministas que nos ayudan a repensar
nuestras miradas, nuestros puntos de partidas, generando
nuevos interrogantes. Este libro intenta reflejar parte de este proceso
que vamos construyendo junto con otras mujeres inconvenientes,
que desarrollan estrategias y prácticas colectivas que buscan la
transformación y la liberación de diversas opresiones, que
reivindican la importancia de la alteridad para la construcción
de un proyecto emancipador.
Decidir sobre nuestros cuerpos es decidir nuestros sueños. Es
luchar por la libertad, por la diversidad, por la autonomía. Es
cuestionar el poder instituido y salir del ámbito privado al que
quieren confinarnos, es hablar de deseo y ejercerlo. En definitiva,
se trata de ser cuerpos y subjetividades en rebeldía.
Área de géneros y educación popular.