“En todas partes del mundo las mujeres no tienen el derecho de decidir sobre importantes asuntos que atañen a sus vidas. Las mujeres sufren de dos tipos de opresión: La opresión social generalizada del pueblo. Y el sexismo: opresión y discriminación por causas de su sexo. Hay 5 formas de opresión: La opresión ideológica: a través del lavado de cerebro que realizan las tradiciones culturales anquilosadas, la religión, la propaganda y la publicidad. Manipulación a través de las ideas y la burla de los sentimientos y sensibilidades de las mujeres. Proliferación de actitudes patriarcales y autoritarias y mentalidad capitalista en todas las áreas. La opresión del estado: representa la forma de organización jerárquica que dicta cursos de acción desde arriba hacia abajo en la mayoría de las relaciones interpersonales, incluyendo la llamada vida privada.La explotación y represión económicas: en tanto consumidoras y trabajadoras del hogar, se expresa en los bajos salarios de los trabajos de las mujeres. La violencia: auspiciada por la sociedad en todas las esferas incluyendo la privada, es indirecta cuando es coerción por causa de la falta de opciones y es directa cuando es violencia física.La falta de organización:tiranía de las estructuras que inhiben la responsabilidad y generan desidia e inactividad.Todos estos factores actúan en conjunto para potenciarse unos a otros en un círculo vicioso. No hay una panacea para romper el círculo, pero no significa que no se pueda romper. El anarco- feminismo es un asunto de concienciación, la misma que hace desaparecer la vigilancia del trabajo. Los principios de una sociedad liberada están claros frente a nosotras. El anarco- feminismo significa la independencia y la libertad en igualdad de condiciones para hombres y mujeres. Una organización y vida social donde nadie sea superior o inferior a nadie y todos estemos en un mismo nivel, tanto mujeres como hombres, en todos los planos de la vida social incluso los privados.El anarco- feminismo implica que las mujeres decidan por ellas mismas y se hagan cargo de sus propias problemáticas, individualmente en asuntos personales, y en conjunto con otras mujeres en asuntos que competan a varias. En aquellos asuntos que conciernan a ambos sexos las mujeres y hombres decidirán esencial y concretamente en igualdad de condiciones. Las mujeres deben poder decidir sobre sus propios cuerpos, en todos aquellos aspectos que tienen que ver con la anticoncepción y el nacimiento de los hijos. La lucha en contra de la dominación machista debe ser dada en un sentido individual y colectivo, para acabar con las actitudes de propiedad y control sobre las mujeres, así como con las leyes represivas; buscando la independencia y autonomía económica y social. Se deben promover los centros de ayuda, los talleres, los grupos de estudio y discusión, las actividades culturales de las mujeres, etc, con una gestión y dirección de las propias mujeres. La familia tradicional, nuclear y patriarcal debería ser reemplazada por una libre asociación entre hombres y mujeres basada en la igualdad de derechos para decidir y con respeto por la autonomía e integridad personal. Los estereotipos sexuales en la educación, en los medios de comunicación y en los lugares de trabajo deben ser abolidos. El compartir rigurosamente los trabajos cotidianos, la educación y la vida doméstica, es una medida adecuada. La estructura de la vida laboral debe ser radicalmente cambiada, con más horas de trabajo no sujetos a horario y una cooperación organizada tanto en el hogar como en el trabajo. La diferencia entre el trabajo del hombre y el trabajo de la mujer debe ser abolida. El cuidado de los hijos y la crianza debe involucrar a los hombres tanto como a las mujeres. No es el poder femenino ni el tener mujeres gobernantes lo que conducirá a la mayoría de las mujeres a sus metas sino la abolición de la opresión. Tanto las marxistas como las feministas burguesas extravían la lucha por la liberación de la mujer. Para la mayoría de las mujeres no habrá feminismo sin anarquismo. En otras palabras, el anarco-feminismo no es un símbolo del poder femenino ni de las gobernantes femeninas, sino que representa la organización sin poder y sin gobernantes. No habrá anarquismo sin feminismo.La doble opresión de las mujeres requiere una doble lucha y doble organización: por un lado en el movimiento anarquista, y por otro, en las organizaciones feministas.Las anarco-feministas son la combinación de esta doble organización. Un anarquismo serio debe ser feminista, sino sería un semi-anarquismo patriarcal y no uno verdadero. Es la tarea de las anarco-feministas asegurar la impronta feminista en el anarquismo. No habrá anarquismo sin feminismo. La idea de que el cambio debe empezar hoy día y no en el futuro o después de la revolución es un punto central para el anarco-feminismo. Por ello la revolución es una tarea permanente. Debemos de comenzar hoy mismo proyectándonos mas allá de la opresión cotidiana y haciendo algo para romper el modelo aquí y ahora. Debemos actuar autónomamente, sin delegar a ningún líder el derecho para decidir lo que queremos y lo que haremos: debemos tomar decisiones por nosotras mismas en todos aquellos asuntos que nos competen personalmente y reunirnos con otras mujeres para abordar aquellos asuntos propiamente femeninos, y unirnos con los hombres en asuntos comunes."